Los Tollos y la falla de Calamocha PR y BTT

Las pequeñas colinas arcillosas que separan a Calamocha y Navarrete, conocidas como los Tollos, han sido utilizadas durante muchos años para obtener las materias primas que necesitaban las antiguas tejerías y fábricas de ladrillo de ambas localidades. Se trata de un paisaje muy cromático, donde los rojos y naranjas de sus componentes ferrígenos alterna con el pardo y verde de sus bosque mixtos de pinos y carrascas. El terreno muestra fuertes acarcavamientos que han desmantelado parte de sus laderas.

En la vertiente occidental se ha instalado recientemente el polígono agroalimentario de Calamocha. Se trata de una infraestructura industrial en la que tienen cabida cualquier empresa dedicada a los transformados cárnicos. La mayor parte de las empresas se dedican al secado de perniles, lo que explica el lema de esta localidad: ¡Calamocha es jamón! A la entrada de este polígono, junto a la rotonda de la autovía, encontramos el Museo del Jamón, visita imprescindible para conocer la cultura de esta comarca.

LOS TOLLOS Y LA FALLA DE CALAMOCHA. PR-TE 121. RUTA SENDERISTA Y BTT

Los Tollos, la falla de Calamocha, el pantano de Lechago y la partida de Entrambasaguas también se pueden disfrutar andando. La ruta senderista se inicia junto a la imagen de san Cristóbal, en una rotonda que marca la entrada a la localidad de Calamocha desde la autovía. Se encamina en dirección a Navarrete del Río, siguiendo la calle que nos conducen hasta el Museo y polígono agroalimentario. Una vez dejada atrás la ITV, podemos observar la falla geológica de Calamocha, muy manifiesta en la trinchera abierta por la autovía. Un poco más adelante comienza a la izquierda un camino de tierra que asciende hasta la antigua dehesa. Iniciamos nuestra ruta entre carrascas (Quercus ilex), rebollos (Quercus faginea) y algunos pinos de repoblación. Este camino se transforma posteriormente en una senda que discurre por el cambio de vertiente de los valles Jiloca y Pancrudo, con una vista simultánea de ambas cuencas fluviales. Esta senda conduce hasta el antiguo camino de Lechago, junto al paraje conocido como “el cañón del Colorado”. Recibe este nombre popular por una trinchera que venía a facilitar el tránsito por el puerto, en el camino Real a Zaragoza. Este camino se puede utilizar para regresar a Calamocha, acortando la distancia de la ruta.

Si optamos por la ruta larga, hay que atravesar el camino de Lechago y continuar la senda, encaminados por la línea de vertiente de los valles en dirección al pantano de Lechago. Pasaremos por el heliopuerto forestal y dejaremos el pantano de Lechago a mano derecha, para descender suavemente por otra senda hasta la ermita de la Virgen del Rosario y el puente de Entrambasaguas. Desde aquí la vuelta a Calamocha es muy fácil por el antiguo camino vecinal entre Luco de Jiloca y Calamocha, siguiendo las señales de otras rutas ya marcadas.

Información de la ruta:

  • Distancia total: 17 km.
  • Desnivel acumulado: 285 m.
  • Altitud máxima: 1019 m.
  • Altitud mínima: 854 m.

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LA FALLA DE CALAMOCHA

La localidad de Calamocha se sitúa al pie de un escalón de relieve con un importante significado geológico. El paraje de los Tollos separa dos grandes cuencas sedimentarias formadas en la era Cenozica: la cuenca de Calatayud (valle del Pancrudo) y la cuenca del Jiloca. Entre ambas formaciones podemos encontrar una falla tectónica de unos 17 km. de longitud que provocó una ruptura del terreno y un hundimiento del valle del Jiloca de unos 220 m. Su actividad se inició en el Plioceno superior, pero ha seguido activa hasta nuestros días, moviéndose entre 6 y 9 cm. Cada 1.000 años.

Dos de las superficies de rotura de esta falla afloran en los taludes de la autovía Mudéjar y en el extremo oriental del polígono agroalimentario de Calamocha, en un corte del terreno junto al almacén de sal para las carreteras. Los materiales de contacto son muy parecidos, pero tienen una génesis separada por más de 11 millones de años.

EL PANTANO DE LECHAGO

El proyecto de construir un pantano en la localidad de Lechago se inició en el año 1913, pero no se realizaron las obras hasta bien entrado el siglo siguiente. La presa actual fue finalizada en el año 2010. Se levanta junto a la desembocadura del río Pancrudo, un kilómetro antes de juntarse con el río Jiloca. El impacto visual de la presa y el pantano ha modificado el paisaje del valle del Pancrudo, provocando la eliminación de los sotos fluviales autóctonos y anegando los campos de cultivo. No obstante, en los últimos años se está creando un nuevo ecosistema natural, pues la presencia estable de una masa de agua en una comarca muy seca facilita la presencia de numerosas aves (garzas, patos, grullas, etc.)

Descárgate la guía «Paisajes y senderos para tu gusto»:

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