Las choperas del Pancrudo
Los bosques de chopos cabeceros del valle del río Pancrudo son uno de los símbolos de identidad del paisaje de esta parte del municipio. Se extienden por ambas márgenes del río, en los términos de Navarrete y Cutanda, además de las ramblas y barrancos de Lechago, Cuencabuena, Nueros y Olalla.
El chopo cabecero es una variedad de álamo negro, único en Europa tanto por su singularidad en la poda de sus ramas (escamonda) como por la extensión de los bosques en galería e incluso dehesas. Las ramas de estos chopos se utilizaban como vigas y su aprovechamiento posee un gran valor cultural y etnológico, al ser elementos que simbolizan los usos tradicionales del territorio. Su cuidado y, sobre todo, la extracción de las vigas en altura requería habilidad pues era una actividad difícil y arriesgada. Otros usos complementarios eran la producción de leñas y de forraje para el ganado. Estos bosques de ribera han sido humanizados por la mano del pastor, transformándose en auténticas dehesas, en las que los chopos crean con su sombra prados frescos y junqueras, en las que pasta, sestea o trasiega la oveja.
En lo referente al hábitat que acogen, en el río destaca la presencia de la trucha autóctona, reducida a lugares aislados, aunque es posible su pesca en la modalidad de captura y suelta en ciertos tramos. También puedes ver corzos y cabras montesas en los cortados calizos que bordean el río, así como ejemplares de águila real y buitre leonado.

