Casas solariegas
Las casas solariegas son pequeños palacios donde vivían las familias nobles más adineradas del valle del Jiloca. Los palacios de los Tejada y Vicente, situados en la calle Mayor de Calamocha, fueron construidos originariamente a finales del siglo XVI o principios del XVII, mostrando una gran semejanza, tanta que la diferencia más sustancial se encuentra sólo en sus portadas. El motivo de este intenso parecido radica en su origen, ya que pertenecieron a un mismo propietario, a los Vicente Iñigo. Constituían un único palacio, pero fue dividido y enajenado en el año 1678 por problemas económicos de sus propietarios. Por su gran valor arquitectónico fueron declarados Bienes de Interés Cultural en el año 2002.
El palacio de los Tejada, tal y como se le conoce por ser la familia Tejada su último propietario, presenta un zócalo de sillería hasta media altura de la planta calle, siendo el resto de la fachada de ladrillo. Destaca la portada, con pilastras a modo de jambas sobre las que se dispone un frontón con el escudo familiar de los Garcés de Marcilla, anteriores propietarios. El piso superior posee la característica galería de arcos de medio punto, de mayor luz que en el palacio contiguo.

El palacio de los Vicente (Vicente Espejo a partir de su enlace con los turolenses Álvarez de Espejo, tal como nos informa la piedra armera), presenta el primer piso realizado en sillería, separado de la planta noble por una cornisa. Destaca en la planta baja la portada principal, con dos pilastras similares al palacio contiguo. Sobre ella se dispone un arco de medio punto de sillería que cobija el escudo familiar. Se remata con un piramidión coronado en bola. Destaca el piso superior, con galería de arquillos, dando continuidad a la del palacio anterior, sólo que en este caso presentan una luz menor.

En la localidad existen otros conjuntos palaciegos de interés turístico, entre los cuáles se encuentran el Palacio de Valero de Bernabé y las casas de Rivera.
El palacio de los Valero de Bernabé fue construido a finales del siglo XVI, aunque fue reformado en el siglo XVIII, presentando una anexión a la construcción original. Se trata de un edificio de tres plantas estructura de la siguiente manera: la planta baja está construida en sillería, muy transformada en la actualidad por la construcción de amplios vanos. Destaca la portada de medio punto y de gran dovelaje. El segundo nivel sufrió una importante transformación en el siglo XVIII, puesto que los balcones rompieron la original imposta de la piedra. El tercer nivel muestra una galería de arcos de medio punto doblados de ladrillo.

Al final de la calle Justino Bernad, entramos en la calle Manuel Marina, donde se encuentra la siguiente casa solariega. La Casa Marina es un edificio barroco de tres plantas, que muestra nuevos conceptos estéticos en la realización de su fachada. Mientras que el piso inferior está realizado en sillería, los superiores están realizados en ladrillo. Destaca su portada adintelada con dos pilastras rematadas en piramidiones, que se encuentra en el extremo izquierdo del edificio, habiendo desaparecido la simetría original del edificio. Algunas de las portadas adyacentes habrían sido construidas con posterioridad.
En los pisos superiores, destacan los cuatro balcones con vuelo curvo y dos balcones superiores encerrados bajo un arco de medio punto que se extiende hasta la cornisa, rematado en un frontón que lo cobija. Este tipo de solución constructiva es singular en nuestro territorio.

La Casa de Rivera (localizada en la Plaza del Peirón) está compuesta por tres cuerpos contiguos. El del centro destaca por albergar la puerta de acceso al edificio. En la planta noble, se abren tres balcones cubiertos por una albardilla de madera. En el piso superior, se observan varios vanos de ventilación adintelados. El escudo de la familia Rivera se encuentra en el centro de la fachada principal.
Existe en la plaza de España otro conjunto de mismo nombre, construido en tres plantas y que destaca por su quiebro en ángulo recto que le confiere un encanto especial. La planta baja está construida en sillería y la portada adintelada se encuentra flanqueada por pilastras. Destaca el alero con volutas, rosetas y guirnaldas.
